martes, 2 de octubre de 2007

Sombras multicolor

¿Por qué las sombras son negras? Ok. O grises, más claros, más oscuros... ¿Podrían ser blancas... verdes... coloradas...?
En principio, hablemos claro: ¿qué es una sombra? Tengo a mi lado el "Pequeño Larrouse Ilustrado", diccionario él, y de "sombra" entre otras cosas, dice: "Parte no iluminada de un espacio que reproduce la silueta del cuerpo interpuesto entre el foco de luz y dicho espacio". Dice muchas otras cosas, muchas, como para transcribirlas aquí en su totalidad. Sólo algunas más (perdón por la tentación): "oscuridad", "ignorancia", "clandestinidad", "defecto"... De la primera definición, si no fuera porque he visto algunas sombras, no podría extraer ningún aprendizaje. Únicamente que se trata de algo raro, difícil de explicar. De las acepciones, todas suenan subalternas, marginales. Negros-grises.
Ayer conocí a dos niños, dos hermanitos: Cecilia y Tobías. Ella 6, él 4. Los conocí en un arenero, en pleno campo, lejos de la ciudad. En el arenero habían depositado sus calzados y medias, para experimentar el suave discurrir de la arena tibia en las plantas de sus pies. Cecilia y Tobías jugaban a que construían una casa: un trozo de cartón sobre la tierra era el piso y una buena cantidad de barro bien húmedo lo recubría, haciéndolo macizo, durable. Ellos no se habían percatado de mi presencia: la construcción de la propia casa demanda mucha concentración y compromiso como para detenerse en eventualidades.

Por elección de sus padres, Cecilia y Tobías viven en un entorno natural y, todos, preconizan “devolver a la naturaleza lo que se toma de ella". Todos intentan vivir en armonía con su medio, conociéndolo e integrándose a él, y dar origen a una nueva conciencia, de la mano de la educación de los más pequeños. Cecilia y Tobías se conectaban así, con los medios provistos a su alcance, a través de sus manos.
Era un día de sol, era mediodía. Estaban dadas todas las condiciones para que se pusiera en funcionamiento, en toda su intensidad, la articulación de letras de la definición de "sombra" que nos acercó el diccionario. También, para que sus avezadas acepciones bailotearan triunfantes sobre la arena brillante.
Pero no. Cecilia y Tobías no eran "...cuerpos interpuestos entre el foco de luz y..." ¿Cómo explicarlo? Cecilia y Tobías, los dos, ellos, eran luz. Eran fuentes de resplandores multicolor que dibujaban auras incandescentes. Sus sombras eran verdes fosforescentes que invitaban a bailar a los celestes intensos. Eran rojos púrpura que seducían a los profundos lilas. Eran dorados amarillos que confraternizaban con el sol y con la arena. Sus sombras no chocaban entre sí: confluían, armonizaban, creaban nuevas realidades tan vívidas como sus pequeños cuerpos. Sus sombras, en fin, potenciaban el color, regeneraban la vida.
Todo: ellos, sus sombras, su luz, auguran el advenimiento de una nueva armonía. Una armonía colorida, de cuerpos luminosos: "claros", "sabios", "protagonistas", "virtuosos"... Anuncian un nuevo tiempo.
Tiempo ya, de ensayar nuevas definiciones.

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