jueves, 1 de noviembre de 2007

"Desangrándome"

Abro mi corazón y dejo derramar mi sangre.
Cantidad suficiente para saber que estoy vivo,
olvidado ya, que estaba, del torrente de mis venas.
Espesa y potente sustancia que fluye, ahora,
despidiéndose para siempre de mi cuerpo.

Cuesta desprenderse de tanta vitalidad
dejándola ir, así, sin interrumpir su incontrolable huida.
Cuesta ver a mi corazón, así, abierto en dos,
despojándose de su río caudaloso,
flujo cansado de dar siempre las mismas vueltas.

Es reconfortante vaciarme de esta sangre.
Porque el vacío es la oportunidad de llenarme nuevamente.
Producir otra sangre, otro tránsito, otro oxígeno.
Nueva sangre dispuesta a comenzar a circular, explorando
cada milímetro de mi interior, tan distinto ya, tan igual.

Sé que mi corazón volverá a unificarse, a contener.
Sé que cada nuevo pulso provocará nuevos pasos,
nuevos direccionamientos , nuevas perspectivas.
Cada gota que se va, es cada gota que vendrá,
cada vacío de hoy es la conformación de un nuevo espacio.

Por ahora, sólo puedo abrir mi corazón
y dejar escapar a mi sangre.

No hay comentarios: