sábado, 1 de diciembre de 2007

"La Roca"

Aun la roca exuda su savia antes de ser quebrada.
Ni su rugosidad la aísla de la candidez. Sale en su viaje nocturno a regocijarse en su oculto secreto. Tan sólo patentiza la estupidez humana, cruelmente.
Si la quietud la entumeciera, explotaría con el son de las miradas.
Por el contrario, espera paciente a su Amado para desenvainar su desnudez y abandonarse a la luz de las luciérnagas.
Sólo la roca torna mudez en el bullicio de su trajinar. Hierve en secreto sus pasiones y retorna complacida a su lugar.
Se acomoda entre sus vecinas cómplices, rearmando el mapa de la ingenuidad.
El hombre pasa, la mira, se vuelve y suspira satisfecho. Su oído no alcanza a percibir la sonrisa burlona. La roca conserva su secreto. El hombre nunca accederá.
La roca sólo se abre a su Amado. Soporta las innumerables caricias diurnas provocando la erupción de su núcleo sin vacilar. El asiste puntualmente cada día, descubriendo su incandescencia en el crepúsculo. La roca no vacila en abandonarse a Su voluntad.

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