sábado, 1 de diciembre de 2007

"Re-despertar"

Qué fascinante resulta recobrar el don del arte. La capacidad de unión
espiritual y física en uno mismo, redefiniéndose sujeto y motivo y, a la
vez, vehículo virtuoso para delinear la belleza del entorno. Que se acerca, que envuelve.
Estirarse hasta no resistir la caída triunfal, como la gota de aceite que
refleja el haz de luz que la atraviesa, convirtiéndola en dadora de brillo,
cada vez más propio. La gota de aceite que se esparce sobre la piel que la aguarda, para absorberla y fundirla a sí.
Volver a identificar la belleza como el fin anhelado, la sublime instancia
del reconocimiento de que lo que irradio es lo que te mora y lo que me
guardo es tu depurada ofrenda.
La sensación de que el suelo ya no pesa, los pies ya no urgen su presencia, la creciente emoción que provoca el burbujeo que eleva la masa y la inspira, hasta lograr la amorfia total, el punto exacto del re-despertar a la vida.
El soñar con lo vivido, sentir el grosor de la dulzura en los labios, ansiar el momento en que el día entregue su dominio a la noche, el confirmar que la magia no se ha interrumpido.

No hay comentarios: