martes, 1 de julio de 2008

"Testamento electrónico"

Imaginen esta posibilidad.
Desde el mes de mayo Blogger, el administrador de archivos para los blogs albergados en el entorno de Google, ha incorporado una facilidad: el autor de un blog puede cargar de antemano sus publicaciones y programar en qué momento desea que aparezcan visibles para su comunidad de visitas. Es decir, que una publicación que aparecerá, por caso, el primer día del mes de junio del año 2010, bien podría haber sido redactada y programada algunos años antes.
A partir de esta posibilidad concreta y actualmente disponible, se podría presentar la siguiente situación.
Un señor de 60 años ha arribado a una sensación de desencanto absoluto con lo que ha sido su vida y decide suicidarse. Previo a ello, elabora un plan para distribuir sus pertenencias entre sus descendientes: su esposa y tres hijos, dos varones -el mayor, casado y con dos hijos y el del medio, soltero- y la menor, mujer, casada y sin hijos.
Cuenta con el asesoramiento de un escribano, quien lo ilustra acerca de las posibilidades de un procedimiento poco usual: publicar una vez por año una serie de pasos para revelar su voluntad acerca de la distribución de su patrimonio, a razón de un paso por año. Valiéndose para ello, de un blog personal cuyos únicos habilitados para la visita y visualización del contenido son, precisamente, sus herederos.

Meticulosamente pergeña un plan cuya dilucidación final demandará tres años. Hasta ese momento, delega la facultad de administración en un albacea de su íntima confianza, quién deberá cuidar de los bienes, mas no podrá disponer de ellos para su usufructo.
Por su parte, todos los 1º de enero de los próximos tres años, su esposa y sus tres hijos recibirán directivas para proceder a develar el misterio del testamento encriptado bajo los archivos secretos del administrador de blogs.
El hombre muere el 1º de julio de 2008. Luego de su entierro, su familia recibe un llamado telefónico del albacea informándole acerca de lo programado por el difunto. Se fija entonces, la fecha para la primera comunicación en el día 1º de enero de 2009.
El 31 de diciembre de 2008 la familia se reúne en torno de una mesa para festejar la llegada del nuevo año y, de paso, esperar el día siguiente para que aparezca publicada la primera directiva.
Ambigüedad de sentimientos los abruma durante toda la cena. Por un lado, una incomodidad evidente por ser el primer fin de año que transcurren sin la presencia del padre de la familia. Historias, anécdotas y fotografías se suceden en virtud del recuerdo del ausente. Por otro lado, una incertidumbre que crece a medida que avanzan los minutos, por no poseer el mínimo indicio sobre la voluntad distributiva del padre.
Los cónyuges de los dos hijos casados son los que, principalmente, introducen ingredientes de una solapada discordia. Comentarios como: "fulano se merece ser distinguido por haberlo acompañado en el desarrollo de los negocios", o "mengana merece una cuota adicional por haberlo cuidado durante su operación del corazón" van poblando los motivos de conversación a medida que la hora se acerca.
Por fin llega el momento del festejo y luego de alzar las copas y brindar por el bienestar y la unidad de la familia, se dirigen hacia la computadora e ingresan la dirección del blog del padre. Luego de sumarse simbólicamente a los deseos de que tengan un año feliz, expresa lo siguiente:
"Por ser este el primer año, y debido a que la fecha de mi deceso es relativamente reciente, dispongo que durante todo el año cada uno de ustedes realice una introspección sobre la importancia que he tenido en su vida, su amor y fidelidad hacia mí y la calidad de los momentos que cada uno ha vivido a mi lado. No es necesario que compartan sus pensamientos con el resto por ahora. Luego de este proceso -que durará exactamente un año- cada uno podrá estar mejor preparado para aceptar la parte que le tocará. No me defrauden. Feliz año nuevo".
Con mayor o menor grado de incertidumbre, cada miembro de la familia se avoca a la tarea encomendada. Y así transcurre el primer año.
Llega el 31 de diciembre de 2009 y nuevamente se reúnen para festejar la llegada del año nuevo. Y para descubrir todos juntos la tan esperada segunda directiva. En esta oportunidad se agrega un nuevo miembro a la familia; la hija menor ha tenido familia durante el año.
Durante la cena reina un sentimiento de estupor. Luego de la introspección realizada en el año, cada uno siente -aunque no lo exterioriza- que su parte será ínfima, e incluso, inexistente.
Llega el momento y, al brindar, se desean mutuamente que todas sus faltas y pecados les sean perdonados. Acuden a la computadora e ingresan al blog.
Una vez más, el padre les desea un feliz 2010 y les comunica:
"Sé que la tarea encomendada para el año anterior ha sido ardua y les habrá generado muchos sentimientos de culpa. Pues no se preocupen; yo los perdono por todos vuestros pecados y omisiones. Pero, para que el proceso sea completo, les solicito que el próximo 31 de diciembre, antes de mi tercer y última directiva, cada uno exponga una breve reseña del resultado de su introspección y se someta a la observación del resto acerca de lo que se considere justo recibir, de acuerdo a lo obrado para conmigo. Les pido que apliquen al máximo el criterio de justicia. Nuevamente, que tengan un feliz año".
Visiblemente consternados, las reacciones oscilan entre repudios, insultos y silencios profundos. Así transcurre el año.
Llega el 31 de diciembre de 2010. La esposa no asiste a la reunión. A cambio deja una nota en sobre cerrado que es leída durante la cena. "A causa del chantaje que vuestro padre ha instrumentado, me veo en la necesidad de apartarme de la herencia. Les cederé mi parte y no cuenten conmigo de ahora en más".
Toma la palabra el hijo mayor y dice que a pesar de que él no siente que haya habido intercambio de amor, ha contribuido decididamente al incremento patrimonial del padre, aunque admite haberse encontrado en la situación de alterar la contabilidad de la empresa con el fin de agenciarse una buena cantidad de dinero, ya que el padre se mostraba reacio a reconocer su participación, decisiva para los negocios. El hijo intermedio argumenta que, debido a la desunión, no le quedó otro remedio que desentenderse de la familia y trazar su propio destino, por lo que se ausentó de su padre al momento de enfermar éste severamente del corazón. La hija menor arguye que la búsqueda de su padre durante toda su vida fue una frustración y que nunca pudo hallar cobijo en él, a pesar de lo cual se vio en la obligación de acompañarlo durante su operación dado que el resto de la familia se había desentendido.
Tras un largo silencio, deciden no emitir opinión sobre méritos ajenos y proceden a aguardar la llegada del nuevo año.
Esta vez -la última que les tocaría atravesar según la agenda dispuesta por el padre- el brindis parece ser un protocolo, un paso inevitable para lanzarse ávidamente hacia la computadora. Al intentar ingresar al blog, el programa explorador devuelve la leyenda:
"No se puede mostrar la página...
La página web solicitada no está disponible en este momento.
Puede que el sitio web tenga problemas técnicos o que necesite
ajustar la configuración de su explorador".


Intentan nuevamente y obtienen la misma leyenda. Y así durante casi toda la noche. Rendidos luego de varias horas de intentos fallidos, deciden esperar hasta que amanezca.
Al día siguiente se conectan una vez más y vuelve a aparecer la leyenda:

"No se puede mostrar la página..."

Deciden solicitar ayuda a la mesa de ayuda de Google y luego de una hora reciben el siguiente e-mail: "Lamentamos comunicarles que por motivos técnicos hemos perdido la totalidad de los archivos de los blogs que obraban en nuestro poder. Por esta razón nos vemos en la necesidad de interrumpir su publicación de ahora en más. Pedimos vuestras disculpas por cualquier inconveniente que esto pudiera ocasionarles. Asimismo, les solicitamos que sigan confiando en nuestra variada gama de productos... etc. etc".
Temblando de indignación llaman telefónicamente al albacea, quien les comunica que por expresa disposición del padre, si en algún momento se produjera una dificultad en la publicación del blog, y para evitar una falsificación de su voluntad, la totalidad del patrimonio sería donada a una entidad de bien público. Esta determinación es irrevocable y consta por escrito en fojas número... folio real número... etc.
Acabados anímicamente, los tres hermanos se retiran al jardín de la casa. Inmersos en un silencio sepulcral, cada uno se acomoda en un rincón diferente.
Es un día a pleno sol, con un cielo azul intenso. Sin embargo, al cabo de unos instantes, unas nubes comienzan a cerrar el límpido azul del cielo y van delineando una forma sugerente.
Algo así como una amplia y pletórica sonrisa que se agiganta. Y parece tragarlos.

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