viernes, 1 de agosto de 2008

"Rama voladora"

Vuela ya, rama voladora, y ven a reposar a mi balcón.
Despega de tu letargo, entrégate y déjate llevar.
Sal de tu aplomo y emprende el viaje
a bordo del ave que apura su misión.

Atraviesa el grueso de la calle y ven,
tu bienvenida es la mía al verte llegar.
Aquí te sumarás a tus compañeras de antaño,
aquí te convertirás en mullido colchón de anidar.

Pasa, pónte cómoda. ¿Cómo prefieres?
Círculos, trazos, tejidos de contención.
Siéntete en casa, tu casa, la casa que integrarás,
el calor que contendrás, la progenie que albergarás.

¿Estarás allí cada mañana al despertar?
¿Pernoctarás en vilo, como la madre,
asegurando el bienestar de los recién nacidos,
sustentando a la especie por algún tiempo más?

Ven aquí, rama voladora, ven y tráeme la vida,
ven a mi balcón, yo te lo pido, invádeme de hogar.
Descansa en mi dominio, te lo ruego,
permite de nuevo a la maravilla engendrar.

Y si el vuelo te despide algún inesperado día,
no entristezcas, ya regresará.
¿Conoces alguna vida que vida no propague,
alguna hembra que pichones no alimentará?

Quédate aquí, vieja rama de mis días,
no migres, aquí ya estás.
Provéeme de tu cobijo también a mí
cuando mi cuerpo, por fin, descienda ya.

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