lunes, 1 de septiembre de 2008

"Justo cuando recién he llegado hoy"

Y si el aliento proviniera de tu interior
calladamente trocaría en piedra.
Pues sí: tu pétreo sabor a reliquia
rebasaría de rigidez a mis vísceras.
Mareada de excesivas rondas
tu cincel ha perdido su filo,
y las tersas curvas de otrora
hoy son agujas que desgarran el vidrio.
La neblina te ha vuelto difusa
la humedad se ha desteñido en ocre,
y la profusión de lágrimas
vuelven yerma la tierra madre.
¡Cuán afortunados tus desgarros de otrora,
cuán estridentes los ecos que aún resuenan!
Si el enjambre se marea en sí,
la confusión no tendrá quien la redima.
Puentes sobre ríos secos
y la pretenciosa ruta de los enardecidos
quita espacio al verde que hierba,
asfixia la cantera de las vetas que se ocultan.
¡Hazme un favor!
No pulules en las moléculas partidas,
no propagues la cruel difamación.
Un crepúsculo de rosas es la espiga,
un sendero sin huellas tu emoción.
Válgame el intento, si lo vale,
de trotar desesperado en revés.
La lluvia de cristales nos lastima
en el camino imaginario de la unción.
Calma tu sed en otros mares
sofoca de sales tu interior,
si lo prefieres húndete en medio del aire
este aire agotado de inmersión.
La roca no desgrana sin heridas
casi, casi despojada de razón
y no hay opción a la partida,
justo cuando recién he llegado hoy.

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