sábado, 1 de noviembre de 2008

"La verja en claro"

La verja en claro no cerró,
se resistió al gruñir de los fríos hierros.
Permaneció entornada en la mitad,
a la mitad de un motivo ileso.

En el desborde de la manifestación,
en el liviano ágape de los conversos,
la verja en claro no cerró
y sólo se atuvo a los pretextos.

Lana y brea, un brebaje preparó,
a tomar en el conjuro de senderos,
la verja en claro no cerró
al mirar de sondeos pendencieros.

Cálidos sonidos de gargantas añejadas,
perennes círculos de ojos entornados,
la verja en claro no cerró
hirbiendo en sí los sentidos asombrados.

Y la potencia de mareas en espiral,
y el fluir subterráneo de morteros,
la verja en claro no cerró
escapando airosa de malos agüeros.

Y el negro vuelo de murciélagos,
y la fuerza ciega de las pesadillas,
la verja en claro no cerró
expulsando fuera los dolores que mitigan.

Rodeada de cercos que cercan,
envuelta en misiones que descuidan,
la verja en claro se cerró
dando fin al ciclo de la vida.

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