martes, 29 de marzo de 2011

"La probabilidad del pronóstico"



Canal 8 de televisión, ciudad de Córdoba, Argentina.
El noticiero nocturno presenta a dos conductores. Eso, dije bien. No son periodistas, son conductores. Animadores, para ser más precisos. Son esos dos muñequitos de torta, hombre y mujer, ataviados para la ocasión.
Él, delgado, rasgos finos y poco expresivos o mejor dicho, con una expresividad calculada, uniforme, inalterable. De riguroso saco y corbata. Ella, delgada, bonita, algo menor de estatura que él. Vestuario sobrio, preferentemente en saco y pantalón. Los dos, uniformemente, de saco y pantalón.
Llega la hora ineludible de hablar del pronóstico del tiempo. Él anuncia que, Servicio Meteorológico mediante, habrá probabilidad de lluvias para el día siguiente.
El término  "probabilidad" se impuso como modalidad desde que el referido Servicio Meteorológico ha decidido dejar de atravesar papelones, toda vez que sólo ocasionalmente acertaba en sus pronósticos. Para evitar que al día siguiente toda la población saliera preventivamente de sus casas con paraguas y que al regresar, el odioso artefacto no hubiera hecho más que incordiar, se ha resuelto el compromiso con el uso del término "probabilidad de lluvias". Esta nueva modalidad ha transferido la decisión a cada uno, según considerase qué tan alta o baja es la probabilidad de lluvias, lo cual no hace más que tornar inservible al pronóstico del tiempo, ya que más que un pronóstico es una redundante afirmación que viene a aclarar lo que de por sí es claro: que siempre hay probabilidad de lluvias. O no.
Una suerte de lotería que, como todo juego, tiene su cuota de emoción y divertimento. Eso es: el pronóstico del tiempo ha pasado a ser un divertimento más, en estos tiempos donde el ser humano busca desesperadamente el entretenimiento. Entre-tenerse.
Pero me fui de tema, como tantas veces. Debería vestirme yo también con saco y corbata para circunscribirme sólo a lo que es pertinente pensar y decir. Lo consideraré.
Resulta que estos dos modelos de corrección y calculada simpatía hablaban de la probabilidad de lluvias para el día siguiente. Él acota que tiene una cábala (otro juego-entretenimiento): si lava su auto, entonces seguramente lloverá. "Aguda" observación para el conductor-animador de noticiero -que no es periodista, como ya expliqué-. A lo que ella responde (y continúa con el juego-entretenimiento): "pues entonces no lo laves, así no llueve". Ineludible conclusión para un diálogo ridículo en torno al pretendido pronóstico del tiempo.
Hasta aquí algo absolutamente cotidiano y, como tal, conocido por todos.
Pero hay una salvedad que aún no mencioné: resulta que este año ha sido particularmente crítico en cuanto a la escasez de lluvias en la Provincia de Córdoba, Argentina. Resulta que estos mismos conductores-animadores -no periodistas- han leído en el tele-prompter más veces de lo deseado que hay pueblos enteros que han visto amenazada su provisión de agua, ya que sus ríos se han secado. Y que los diques y embalses registran cotas inferiores a las marcas críticas.
Ella, la conductora-animadora de noticiero vive en la Ciudad de Córdoba, lejos de esos pueblitos donde se lucha -y se reza- día a día por la obtención de agua para la subsistencia.
En la ciudad de Córdoba -como en tantas otras grandes ciudades- la provisión de agua suele ser suficiente, aunque no para hacerse un festín. No obstante, las autoridades han previsto que la dotación de agua no se interrumpa, ya que conviene tener a la población mansa y tranquila, como decía una vieja canción.
Ella, vestida elegantemente, con rigurosos saco y pantalón, prefiere que él no lave el auto, así "empujará" a la probabilidad de lluvias hacia la baja y, de esta forma, se evitará ensuciar sus ropas y lucir así, divina, tanto fuera como dentro del estudio de televisión.
Claro, ella, que es conductora-animadora y no periodista, no se da cuenta de que su esbelta imagen recorre toda la provincia, e incluso provincias vecinas, llegando a cada uno de los pueblitos que las configuran.

FM Astral, Capilla del Monte, Provincia de Córdoba, Argentina.
La única locutora del ciclo de la mañana se las ingenia como todos los días para llegar a su audiencia de la manera más digna posible, con los escasísimos recursos con que cuenta: apenas un micrófono de pésimo registro y un operador que nunca termina de aprender para que sirve cada botoncito de su gastada consola.
La locutora relata una iniciativa producida espontáneamente el día anterior, donde vecinos de la ciudad se reunieron para elevar una plegaria conjunta con el fin de que el Creador conceda la caída de su generosa bendición. Emocionada, la locutora confirma que quizás esta vez sí la oración ha sido escuchada, ya que se espera una cierta probabilidad de lluvias para el día siguiente.
Es de hacer notar que la intención que transmite no connota la "probabilidad" de lluvias en tanto que tal: una simple y vaga expresión de ocurrencia. Por el contrario, ella le da un sentido de obligada certeza, "empujando" por así decir, al cálculo para que supere el 50% y así desencadenar al día siguiente el júbilo de la población, bajo una espesa cortina de fría pero reconfortante y bendita agua.
Ella no le da opción de probabilidad; simplemente encara al Creador y le dice: "mañana, seguramente, harás caer abundante agua".
Ella no teme a que sus humildes ropas lleguen a enlodarse al caminar por las calles de tierra de su pequeña ciudad. Antes bien, ella teme a que pueda llegar un día en que no tenga un vaso de agua para dar de tomar a sus hijos.
Claro, la FM Astral de Capilla del Monte, Provincia de Córdoba, Argentina, sólo tiene un alcance limitado: apenas algunos kilómetros alrededor de la emisora. Apenas un puñado de personas que la escucha y seguramente se identifica con su ruego, que pasa a ser la voz identificatoria de los desesperados.
Lejos en kilómetros -y muy lejos en términos de realidad- se encuentra la Ciudad de Córdoba. Aunque la esbelta conductora-animadora -no periodista- llene con su electrónica presencia cada noche los hogares de todos los cordobeses.
Afortunadamente, se ha puesto en vigencia una nueva Ley de Medios de Comunicación Audiovisual en Argentina. Quizás no estará lejos el día en que cada pueblo pueda sentirse identificado con quien se presenta delante de él a hablar sobre el pronóstico del tiempo.
Y sobre tantos otros pronósticos y realidades.
Mientras tanto, los cordobeses seguirán escuchando cada noche que ella prefiere que él no lave su auto al día siguiente.

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