lunes, 16 de mayo de 2011

"Acerca de los bombos y las banderas..."

Santiago: "... Fue noticia la posibilidad de que el Gobierno de la Ciudad prohibiera, por motivos de seguridad, la entrada al estadio de bombos y banderas. Esta medida provocó tal agitación popular que se terminó por desistir de la misma. Un síntoma de que el packaging del superclásico superó definitivamente a sus protagonistas..."


Horacio: "Santiago, los bombos y las banderas generan fútbol en Argentina. Es al revés de lo que vos exponés. Será que escribís a la distancia y sólo te queda ver buenas jugadas por TV. Sería interesante que para el próximo "derby" te acerques a Buenos Aires. Quizás te reencuentres con el significado argentino del término "fútbol"."


Pep: "¿¿¿¿¿¿¿Los bombos y las banderas generan fútbol??????? Ahí está entonces el problema. Ese es el fútbol que tenemos, Horacio. Dan más ganas de mirar la tribuna y la gente que el partido, que son uno mas aburrido que el otro. Veo mucha gente en el foro que cree ver un ataque al hincha cuando en realidad lo que el artículo hace es rescatar al hincha como lo único que vale la pena últimamente en el fútbol argentino. Cosa rara. No sé si Santiago leerá estos mensajes pero, por si lo hace, lo felicito."


Horacio: "Pep, Lo digo metafóricamente. La presión y las ansias que bajan desde las tribunas, indudablemente provocan acciones y reacciones en los jugadores durante el partido. Pero también lo hacen durante la semana a entrenadores, dirigentes, periodistas y en fin, todo el mundo del fútbol. La particularidad del fútbol argentino es justamente esa: los bombos y las banderas. No hay (casi) trompetas, ni vuvuzelas. Hay bombos. El bombo es un corazón que palpita más o menos aceleradamente y le manda al resto del cuerpo esa energía. El fútbol argentino es bombo, como lo es la política y la música. Eso sí: el sistema funciona si el espectáculo mejora y no al revés. En eso estamos de acuerdo. Habrá que agregar que vender a Europa a los pibes de 16 años es un suicidio (o homicidio) en el fútbol argentino. ¿Podrá pararse esa sangría?"


Pep: "Ahora estamos de acuerdo, Horacio. Y creo que de eso va el artículo, precisamente. No de que haya que apagar los bombos. Sino de que debe mejorar el fútbol. Que es necesario ver algo un poco mejor de lo que nos ofrece el fútbol de hoy (mucho bombo y poco fútbol). Me parece que Santiago lo describe muy bien. Al menos así es como yo lo interpreto. Con respecto a los juveniles tenés toda la razón del mundo."


Horacio: "Pep, además, nos deleitamos del "buen fútbol" de España o Italia, pero dejamos de lado que están alimentados por lo "mejor" del fútbol argentino. Como dice una publicidad de Direct TV: "las mejores ligas están en Europa, pero los mejores jugadores son argentinos". Los pibes que surgen acá están pensando más en lucirse para lograr el pase a Europa que por generar un juego de conjunto, por y para sus respectivos clubes. Y en eso están todos prendidos: jugadores, dirigentes, periodistas e intermediarios. En el fondo, creo que hay una enorme hipocresía. Admitamos que la globalización ha llegado también al fútbol. Y en este sentido, la tribuna le pone al espectáculo lo que en la cancha se ha vaciado desde las oficinas de los mercaderes."


Pep: "Muy buena la última frase. así es. nada que objetar. Saludos, Horacio."


Horacio: "Saludos, Pep. Un gusto dialogar con vos."

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